El Servicio de Asesoramiento para la Salvaguarda Católica (CSAS) enfatiza que la Salvaguarda va al corazón mismo del ministerio y la misión de nuestra Iglesia Católica. La protección se trata de fomentar el bienestar, ayudar a las personas a desarrollar su potencial y, por supuesto, se trata de garantizar que todos estén seguros y protegidos contra daños y abusos.